20 años de experiencia y más de 4.000 pacientes. Se dice pronto. 20 años trabajando con la misma ilusión que el primer día y durmiendo con la tranquilidad que te da saber que todos los trabajos los has hecho pensando en el beneficio del paciente y no en el tuyo.

La profesionalidad para mí es estar al día y, sobre todo, dar la cara cuando las cosas salen mal. Esto es importantísimo. Mientras todo va bien no hay conflictos, todo es felicidad, pero… ¿y si algo sale mal? Ahí es cuando te das cuenta de quién tienes delante.

Acumulo 20 años de profesión y he aprendido varias disciplinas como para hacer un buen trabajo. Es posible que no sea el mejor del mundo (como sugiere la mayoría), pero te aseguro que tampoco va a ser el peor.

Lo único que puedo asegurarte es que lo voy a hacer lo mejor que sé y con todo el cariño del mundo. Y para eso sigo formándome, intentando estar al día y estudiando todo lo que puedo, para que el trabajo salga lo mejor posible. Así es difícil equivocarse, aunque desgraciadamente no siempre salen las cosas tan perfectas como uno quiere. Es la realidad. A veces te puedes equivocar, tener un día en el que el trabajo sale mal o el paciente no queda contento con el resultado, cuando hay que tener humildad para dar la cara y repetirlo. Sin coste. Y repetirlo las veces que sean necesarias hasta que quedes contento. Porque al fin y al cabo es lo que realmente importa.